Yeimi Romero Ortega es una de las más adelantadas entre los jóvenes que en el corregimiento de La Boquilla han encontrado en los deportes marinos una ventana distinta en pos de la realización personal y profesional.

Tiene 18 años, es bachiller y vive en la Calle del Cementerio, pero la mayoría del tiempo se la pasa en un estadero de la entrada del pueblo, en donde le prestan los implementos que necesita para practicar kitesurf, como se llama el deporte que ya domina casi a la perfección y con el cual ha participado en cuatro competencias.

Antes de que el  kitesurf apareciera en su vida, era una de las tantas niñas que caminan por las playas de La Boquilla vendiendo manjares para los turistas. Precisamente, Yeimi abandonó la venta de dulces típicos cuando descubrió la ahora desaparecida escuela Aquanáutica, donde, el propietario, Jesús Bedoya Castillo, la incentivó, como a tantos otros jóvenes, para que se convirtiera en la deportista que es hoy.

Con los conocimientos adquiridos se atrevió a competir dos veces en Cali, una en San Andrés Islas y dos en Cartagena, ocupando segundos lugares entre más de 15 participantes.
Sin embargo, Yeimi afirma que sus prácticas no son constantes y su presencia en las diferentes justas regionales y nacionales menos, puesto que carece de los recursos monetarios para adquirir los equipos de competición, que alcanzan precios hasta de siete millones de pesos.

Los equipos que le prestan sus amigos del estadero sólo sirven para practicar, pero no para competir, lo que podría ir disminuyendo las capacidades que ha venido adquiriendo desde que empezó en esa disciplina.

Si necesita acceder a una competencia, le toca alquilar los equipos, “pero ya es el momento en que necesita que el Estado la apoye al 100%. Es decir, que le dé los equipos, la pague un salario, le pague estudios y alimentación, para que ella única y exclusivamente se preocupe por practicar el kirtsurf”, dice Jesús Bedoya, quien ha sido su único entrenador desde que se interesó por ese deporte.

El abogado Joaquín Torres, otro practicante del kitesurf, afirma que, aunque Cartagena está rodeada de agua, el Gobierno Distrital siempre le ha dado la espalda al mar, en el sentido de que ningún sector está reglamentado para practicar deportes marinos.

“La poca gente que los practica –agrega-- lo hace desde la ilegalidad. Y eso implica que, en cualquier momento, se puede presentar un accidente tanto para el practicante como para cualquier bañista que esté expuesto a que le caiga una cometa o una tabla de surfing”.

De acuerdo con el jurista, Cartagena está ignorando un renglón que podría fortalecer mucho más el turismo, “puesto que si reglamentamos las playas y creamos escuelas debidamente equipadas, aquí se podrían organizar campeonatos de kite surf winsurd, paddle surf, sky, hobbiecat, sunfish y wave board, entre otros, que atraerían deportistas de todo el mundo. Pero una cosa que decepciona mucho a los turistas es que en pocos lugares pueden practicar lo que les gusta; y si lo hacen, es ilegalmente”.

Irina Junieles Acosta, la defensora del pueblo, anunció que su despacho presentará una petición a la Alcaldía de Cartagena y a la Dirección General Marítima (Dimar), para exhortarlas a que reglamenten las playas con fines deportivos.

En caso de que no se consiga el objetivo por esa vía, se preparará una acción popular, ya que se trata de abrir una puerta que podría orientar a muchos jóvenes de escasos recursos a que les den un mejor rumbo a sus vidas.

Irving Pérez, presidente (e) de la Corporación Turismo Cartagena de Indias, informó que en estos momentos el Gobierno Distrital, a través de esta entidad, está definiendo las áreas apropiadas para la práctica de deportes náuticos, lo cual consiste en separarlas de las áreas de los bañistas.

Al respecto, aseguró que Distriseguridad está diligenciando los recursos monetarios para la instalación de las boyas que separarán las citadas áreas.

Por su parte, Iván Sanes, director del Instituto de Deporte y Recreación del Distrito (Ider), dijo estar dispuesto a dialogar con Yeimi Romero para conocer sus condiciones deportivas y, de acuerdo con eso, estudiar la posibilidad de facilitarle equipos y todo lo que necesite.

Fuente y Foto: El Universal